Categoría: Archivo del amor romántico

  • Quiero ser amor, siempre

    De pequeña siempre me aconsejaban que tuviera cuidado con otras mujeres. Que la peor enemiga de una mujer, es otra mujer. ¡Qué barbaridad! Qué gran mentira me contaron. Podría escribirles de las veces que muchas niñas me agredieron por cómo me veía, del bullying que recibí durante toda mi etapa escolar, de las veces que…

  • Si yo fuera silencio, yo no pararía de gritar

    Si yo fuera un poema, diría lo siguiente: Si yo fuera el olvido, podría recordarlo todo. Si yo fuera un recuerdo, viviría para siempre. Si yo viviera para siempre, leería todos los libros del mundo. Si yo leyera todos los libros del mundo, hablaría muchos idiomas. Si yo hablara muchos idiomas, escribiría este poema en…

  • Réquiem

    En algún momento esto se tenía que terminar. Te digo adiós, por fin. Me despido de ti porque ya no tengo amor para darte, se agotaron todas mis ganas de volverte, la esperanza de besarte y abrazarte nuevamente se ha enterrado sola. Finalmente nos doy sepulcro amor.

  • Quererte bonito

    Qué bueno que te conocí ahora, dos años después desde nuestra primera casualidad, lo más curioso es que no la recuerdo, pero qué bueno que tú sí. Mi cara de sorpresa cuando lo dijiste, ¿cómo pude haber olvidado ese instante? Yo, tan obsesiva con las memorias, que incluso están clasificadas en la cabeza. Confieso que…

  • Te extraño

    ¿Recuerdas como eran de huesuditos nuestros hombros y las piernas menos anchas? ¿Recuerdas cuando jamás hubiésemos deseado morir por voluntad propia? El cansancio nos está arropando, nos abrazamos a él porque parece cálido y seguro. Ojalá la muerte también nos tome pronto. Te extraño, nos extraño, me extraño.

  • Merecer

    No te merezco, porque no sabes querer. No te merezco, porque la relación siempre gira en torno a tus necesidades, no a las nuestras. No te merezco, porque aprendí a querer bonito. No te merezco, porque me gusta abrazar y dar besitos cada segundo. No te merezco, porque tu tienes mil pretextos para no vernos.…

  • Dominga

    Cuando te agarraste a mí no sabía cómo llamarte ya que de repente te disfrazaste de hábito. Yo regresaba a mi casa, picaba algo de comer si no es que terminaba fuera de mí debido a las náuseas, mi falta de apetito, después dormir horas y horas, despertar en medio de la madrugada para terminar…