Violencia

Poner el cuerpo es quitarse el miedo.

Joyce Jandette

Todos estos años me he peleado,

porque me nombren Angelica y no por mi apellido,

porque me digan profesora y no miss,

por lo que considero justo,

porque mi existencia es presencia y no solo una compañía.

Tengo 26 años, entiendo casi todas las violencias por las que puedo ser vulnerada: por el espacio, por el contexto laboral, por el capitalismo, por los vínculos, por la ignorancia, por mi edad, por mi apariencia, por el mito del amor romántico. La lista —que debería no existir— muchas veces parece interminable.

Curioso que lo entienda, pero nunca lo he compartido, estoy harta de la violencia. Más que harta, encabronada, haré de mi enojo: poesía, gritos, incomodidad; incomodaré a más de uno, porque al parecer no son las formas, pero parece ser la única a la que me han orillado. Sólo tomo lo que es mío: la palabra, el espacio público, mi derecho a vivir sin miedo.

No soy, y soy, única y especial; señalo, me levanto, cuestiono, hablo, caigo mal, soy inquieta, me quejo, hago, propongo, pongo el cuerpo en todo lo que hago.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: