Ahora es más fácil
pensar en ti,
no te digo que olvides,
todos los mensajes de después,
pero ojalá no los hayas leído,
y hubieses hecho lo que yo,
mantener el dedo encima
para eliminarlos.
En ese entonces,
creía que te extrañaba,
pero en terapia aprendí que no,
que era el apego a los recuerdos
menos malos,
que dejaron los traumas.
Porque dentro de mi
inmadurez emocional,
pequé de ser:
Centro de rehabilitación para personas dañadas.
Pero, no más, fuera los complejos de héroe macho heterosexual, yo no soy ninguno de los dos.
El punto es, creí que te extrañaba, una disculpa por los muchos últimos mensajes para cerrar el ciclo. Yo construí todo un periférico imaginario entre tanto adiós no cumplido, de mi parte, pues de tu lado ni mapa había, no es queja.
Creía extrañarte, pero no, resulta que solo era mi herida de la infancia y la atención que dabas.
Pero, ¿qué crees que también descubrí de lo que tuvimos? Que en efecto hubo manipulación, dices no ser violento, pero atacas en silencio. Suerte de que te hayas ido y más suerte jamás volvernos.