Crecí con las falsas ideas que se han establecido sobre el amor romántico. Como muchas personas tomé cucharadas enormes de expectativas poco sanas e irreales.
Hoy de regreso a casa, repasé las rutas físicas que en algún momento creí que eran los caminos hacia el amor de mi vida. Aún sé dónde viven, para fortuna de tod_s, no volveremos a encontrarnos.
Tuve tanta prisa, me acomodé en lugares y corazones en los que jamás estaría a gusto o en los que tendría que conformarme. Me aferraba a la única cosa buena — pequeñísima—, yo sola les di sentido.
Hoy, repasando Circuito Interior y cada uno de sus rostros: ¿por qué tengo más presentes a quienes no aportaron más que ansiedad y violencia? Pero me da paz que ya no les miro desde ningún sentimiento de nostalgia; sin embargo, sorprendida y asqueada es como he quedado.
Por otro lado, sentí mucha calma, por mí, por quien y cómo soy ahora. La guerra terminó, amorcito, te llevo y te llevaré conmigo. Pese al asco y los malos tragos.