Enero 2022
Te extraño con una desesperación insana, agradezco mucho no recordar tu número de teléfono.
Pero no quiero olvidar lo nuestro. Aunque tienes razón, ya no existe.
Aquel verano nuestro lleno de besos y palabras, entender que no eran promesas sino ideas del momento.
Entre tu monstruo y el mío, se atacaron, terminaron heridos; tienes razón, no somos compatibles.
Y aún así, hubiese aceptado todo de haber sentido que cabría en tu vida, no es reproche.
Estaba cansada y enojada; de no ser escuchada, de ser vista sin serlo, de no ser tu mejor amiga, de desnudarte el cuerpo, pero no el alma.
Pero como dice Sastre, yo cambio vidas, pero no destinos.
Suelto la idea de que esto podría volver a funcionar, como decía Sabines, dejar de pensarte y de beberte. Esta semana mía ha durado más de medio año, extrañando incluso hasta cómo mascabas y tu risa boba.
Me voy a dar permiso de olvidarte, de tocar otra piel y otros labios, me voy a dar permiso de escuchar palabras lindas y cumplidos de otras bocas.
Guardé luto y una fidelidad a alguien que jamás quiso volver, yo tampoco hice caso, lo deseaba, él no volvió, no volverá.
No estoy ansiosa por juntar mi vida con la de alguien más, ahora hasta la idea me asusta, los hombres me asustan… Tú cada vez más.
Mientras represento este papel de «que nadie sepa mi sufrir por él».
Me entristeció saber que está con alguien más, pero al mismo tiempo desee que él fuera su mejor versión para que le dure un para siempre a ella y jamás regrese a mí.
Mucha luz, mucho amor sincero, donde sea que estés ✨.