Cada que comienza un año me acuerdo de Diarios de Alejandra Pizarnik.
Me recuerdo a mí planeando acudir a la biblioteca de la ciudad para volver a pedirlo en préstamo, no sé si era una especie de ritual de la tristeza, pero debido a la pandemia este año no se pudo.
Pero ¡Ey! Que ya lo he descargado de forma digital, como siempre.
No sé si a ustedes les pase, que leen a alguien y no es que se conecten, sino que se apropian de esas palabras debido a lo que están sintiendo y viviendo. Qué difícil sentir tanto y tan así…
Palabras revueltas
y
absurdas.
Palabras que enganchan
y
que abandonan.
Palabras sobrias
y
sombrías.
Palabras tristes
y
que
c
a
e
n