Un semáforo en rojo, unos ojos hinchados y la garganta ronca.
Entonces fue ahí que me di cuenta.
Sólo yo podría darme la historia de amor que tanto había idealizado para mí.
Tendría que ajustar el pequeño detalle, que nadie más me acompañaría, pero yo podría darme todo lo que quería.
Al menos es mejor saber porque lloro a estar conteniendo el llanto porque alguien más no lo entiende.
Sólo yo podría darme exactamente lo que buscaba.